En Italia, el café no es solo una bebida: es un ritual, una pausa y un símbolo de identidad nacional. Según un reciente estudio publicado por la agencia ANSA, el 51,6 % de los italianos sigue prefiriendo el espresso como su forma favorita de disfrutar el café.
Este dato reafirma la fortaleza de la tradición italiana frente a la creciente popularidad de las cápsulas y máquinas automáticas. Aunque el consumo doméstico ha aumentado, el espresso en el bar sigue siendo una experiencia social, acompañada de conversación y del característico aroma que inunda las calles cada mañana.
No obstante, la clásica cafetera moka ha recuperado terreno en los hogares italianos, alcanzando un 55,2 % de uso y acercándose a las cápsulas, que lideran con un 59,5 %. Esta tendencia revela un retorno a los métodos tradicionales, impulsado por la nostalgia y la búsqueda de un sabor más auténtico.
A pesar de la fidelidad al espresso, el mercado del café en Italia enfrenta nuevos desafíos. El aumento de los precios del grano —en especial del arábica, con subidas de hasta un 300 %— preocupa tanto a productores como a consumidores. Sin embargo, los italianos parecen dispuestos a pagar un poco más por mantener vivo su ritual matutino.
En definitiva, el espresso continúa siendo el corazón del café italiano, un símbolo de cultura, sabor y tradición que resiste al paso del tiempo.

